![Photo by <a href="https://unsplash.com/@impatrickt?utm_source=unsplash&utm_medium=referral&utm_content=creditCopyText">Patrick Tomasso</a> on <a href="https://unsplash.com/s/photos/electrical?utm_source=unsplash&utm_medium=referral&utm_content=creditCopyText">Unsplash</a> Ambiente](/sites/default/files/styles/immagine_principale/public/upload/2021/09/patrick-tomasso-2R5QtSqJtdY-unsplash.jpg?itok=-By3VBA5)
A principios de septiembre entraron en vigor las nuevas etiquetas energéticas de la UE para las bombillas y otros productos de iluminación. Se trata de una nueva versión diseñada para ayudar a los consumidores europeos a reducir sus facturas de energía y su huella de carbono, orientando sus opciones de compra hacia productos que favorezcan una transición energética eco-sostenible. La iniciativa sigue la importante mejora en la eficiencia energética registrada en los últimos años en este sector, lo que ha supuesto que cada vez más "fuentes de luz" (como bombillas y módulos LED) hayan alcanzado las clases A + o A ++ según la escala actual. La modificación más importante de las nuevas etiquetas es el regreso a la escala A-G más simple. La nueva escala es más rigurosa y está diseñada para que muy pocos productos logren inicialmente la clasificación "A" y "B" y que quede un buen margen para que productos más eficientes ingresen al mercado en el futuro. Los productos con mayor eficiencia energética del mercado ahora normalmente se etiquetarán como "C" o "D". Las etiquetas contienen elementos nuevos, incluido un código QR que enlaza con una base de datos europea donde los consumidores pueden encontrar más detalles sobre el producto.